jueves, 8 de mayo de 2014

ETAPAS DESARROLLO INTELIGENCIA

¿COMO SE PRODUCE EL DESARROLLO DE LA INTELIGENCIA?

A finales del siglo XIX nacieron Jean Piaget y Lev S. Vigotski, ambos plantearon desde perspectivas diferentes una nueva manera de entender al ser humano y su desarrollo. Sus propuestas teóricas han sido definitivas para la consolidación de la Psicología del desarrollo.
Ninguno de los intentos teóricos actuales ha podido ignorar las obras de estos dos “titanes de la Psicología”, bien sea para criticarlas, asumirlas o intentar completarlas, porque en ellas están contenidas, de una manera u otra, las principales cuestiones que la agenda actual que esta disciplina tiene planteadas.
A continuación me centraré en la Teoría de Piaget. La contribución esencial de Piaget al conocimiento fue de haber demostrado que el niño tiene maneras de pensar específicas que lo diferencian del adulto. Jean Piaget obtuvo más de treinta doctorados honoris causa de distintas Universidades del mundo y numerosos premios.
Su teoría es muy útil a la hora de saber qué tipo de contenidos podemos trabajar con nuestros alumnos y conocer cómo son sus esquemas mentales.  A veces nos olvidamos y trabajamos contenidos que corresponde a un nivel superior y que nuestros alumnos aún no tienen capacidades para asimilarlos, por ello esta teoría es muy útil en ese sentido. Por ejemplo, muchas veces en primaria se les propone problemas matemáticos que implican mucha abstracción y no se les da la oportunidad de manipular dichos objetos y en esta etapa el pensamiento de los niños se maneja ante cosas concretas todavía no son capaces de deducir e inducir...  Quizás muchos de vosotros ya la conocéis pero aún así viene bien reflexionar y pararnos a pensar si nosotros estamos haciendo cosas que aún no pueden asimilar etc. Ya que a veces se nos olvida debido a lo estrictas que son nuestras programaciones en cuanto a la adquisición de contenidos puramente conceptuales o la presión social que parece que valora más la adquisición de muchos contenidos ante la adquisición de menos contenidos pero más significativos, prácticos...  
Para entender su teoría antes tenemos que conocer estos conceptos:
 El conocimiento se va organizando en unas unidades psicológicas básicas que él denomina esquemas. Durante el desarrollo esos esquemas se van modificando, combinando y reorganizando. Cada uno de los periodos de desarrollo se va a caracterizar, precisamente, por la construcción de esquemas de conocimiento diferentes. Si pensamos en un recién nacido, sus esquemas se limitan a una serie de conductas reflejas, como la succión o la prensión, que sólo le van a permitir realizar comportamientos muy simples, como por ejemplo presionar o agarrar un sonajero que se pone en la palma de su mano. Son acciones reflejas sobre las que el bebe no tiene un control voluntario porque el recién nacido sólo dispone de esquemas reflejos. Pero constituyen el punto de partida para todo el desarrollo posterior, porque a partir de la puesta en acción de esos esquemas reflejos sobre distintos objetos, esos esquemas se van modificando y reorganizando. De tal manera, que pocos meses después, el bebé será capaz de coordinar secuencias de acciones de manera voluntaria, por ejemplo, verá el sonajero que está al alcance de su mano y podrá cogerlo y hacerlo sonar. Ese tipo de comportamiento va a ser posible porque el bebé ha ido construyendo, a través de su acción sobre los objetos, otro tipo de respuestas: Los esquemas de acción, que constituyen las unidades básicas de conocimiento del niño hasta que tiene, aproximadamente, año y medio. Pensemos ahora en un niño de 2 años, su comportamiento es muy diferente al de el bebé, el niño ahora comienza: a hablar, a jugar simbólicamente- utiliza un objeto (caja) como si fuera otro (coche)-, a imitar a los otros sin que estén presentes; a dibujar un garabato diciendo que es papá. Todos esos comportamientos son distintas manifestaciones de una nueva capacidad cognitiva: el niño ya puede simbolizar, ya puede representarse- con palabras, con dibujos, con imágenes mentales... – la realidad. El niño ha construido un tipo de esquemas que se denominan genes mentales. A lo largo del desarrollo esos esquemas se van haciendo cada vez más complejos hasta posibilitar el pensamiento abstracto que caracteriza a la forma de pensar que tiene el sujeto adulto.
Piaget sostiene que el individuo construye activamente su conocimiento, pero no niega el papel que la herencia genética juega en el desarrollo, admitiendo que el ser humano viene dotado de ciertas capacidades innatas. Lo que rechaza con rotundidad es que esas capacidades incluyan conocimientos específicos, porque esa aceptación entra en franca oposición con el constructivismo que él encarna y defiende. En su teoría propone la existencia de dos tipos de mecanismos invariantes que todos heredamos y, por tanto, son comunes a toda la especie:
-    Las invariantes estructurales. Son disposiciones hereditarias de tipo estructural que dependen de la constitución y maduración del sistema nervioso y de los órganos de los sentidos. Es decir contamos con ciertas restricciones para acceder a determinados tipos de información que se deben a la propia constitución y funcionalidad de nuestros órganos, sentidos y de nuestro cerebro, por ello no podemos percibir determinadas informaciones (no podemos ver los microbios, los átomos, no podemos oír determinadas longitudes de ondas, etc.).

-    Los invariantes funcionales: Piaget describe el intercambio que se produce entre el individuo y el medio mediante dos variantes funcionales: la asimilación y la acomodación (conceptos que toma de Baldwin).

La asimilación se refiere a la acción del sujeto  sobre los objetos que lo rodean. Cuando actuamos sobre los objetos los incorporamos y transformamos en función de los esquemas que tenemos. Pensemos otra vez en el bebé que había aprendido a agarrar el sonajero y a hacerlo sonar, podrá agarrar y actuar sobre objetos de características similares porque los asimila a los esquemas de acción que ya posee.
Pero, el medio, en numerosas ocasiones, provoca situaciones a las que no podemos responder adecuadamente en fu8nción de nuestros esquemas previos. Sigamos con el ejemplo del bebé e imaginemos que ahora está interesado en agarrar una pequeña pelota. ¿Qué ocurre? Pues se produce una situación de conflicto, de desequilibrio, porque sus esquemas previos no le sirven para actuar sobre ese nuevo objeto. Esa situación sólo podrá superarse si se produce una reestructuración de sus esquemas.
En eso consiste, precisamente la acomodación,  en la transformación que realizamos de nuestros esquemas previos para poder incorporar los diversos objetos de la realidad. Siguiendo con el ejemplo, el bebé tendrá que transformar el esquema de acción que tenía para “agarrar” para que se acomode a la pelota. Si sólo existieran procesos asimilatorios no habría posibilidad de cambio, precisamente es la acomodación la que propicia el cambio.
Aunque he utilizado ejemplos de bebés, para Piaget, la asimilación y la acomodación constituyen los mecanismos invariantes que utilizamos para construir el conocimiento a lo largo de toda la vida. Los adultos hemos ido construyendo esquemas (no sólo de acción como los bebés, sino representacionales) que nos ayudan a comprender el mundo y poder actuar en él (asimilación). Sin embargo, en numerosas ocasiones se “nos rompen los esquemas”, al enfrentarnos a determinadas situaciones para las que no sirven nuestros esquemas previos y tenemos que transformarlos (acomodación) para que se adapten a la nueva situación y se restablezca el equilibrio.
De ahí que Piaget entienda el desarrollo como el proceso de búsqueda continua del equilibrio entre la acomodación y la asimilación.

Piaget describió tres periodos en el desarrollo de la inteligencia. Esos periodos implican diferentes formas de organización mental que caracterizan a los sujetos en distintas etapas de la vida:

PERIODOS
CARACTERIZACIÓN
Sensoriomotor
(Desde el nacimiento a los 18-24 meses)
Comienza el desarrollo de la inteligencia. Partiendo de simples esquemas reflejos, el niño, a través de sus interacciones físicas con el medio, va a construir esquemas de acción genuinamente inteligentes.
Preparación y Organización de las Operaciones Concretas:

-    Subperiodo Preoperatorio  (De 2 a 6-7 años).

-    Subperiodo Operacional Concreto (De 6-7 a 11 años).


-    Aparece la función simbólica en sus distintas manifestaciones (lenguaje, juego simbólico, imitación diferida, dibujo). La inteligencia pasa de ser práctica a ser representacional.
-    Las acciones interiorizadas se organizan en sistemas dando lugar a las operaciones lógicas y a la reversibilidad del pensamiento.

Operaciones Formales (A partir de 11-12 años).
Pensamiento abstracto e hipotético, se libera de lo real (del aquí y ahora) y va a poder construir mundos posibles.

Los diferentes estadios están jerárquicamente relacionados, en cada uno de ellos se integran las características del anterior pero incorporándolas a las nuevas estructuras que se han construido.  En cada estadio se puede distinguir una fase de preparación, caracterizada por el desequilibrio- porque las demandas que plantea el medio no pueden resolverse con los esquemas que el sujeto posee-, y por una fase de acabamiento en la que se recupera el equilibrio gracias a la construcción de muevas estructuras.
Los cuatro factores que explican el cambio son la maduración biológica, la experiencia adquirida a través de la interacción con el medio, La influencia del medio social y la equilibración. La equilibración es el mecanismo que posibilita el paso de unas estructuras a otras y, en definitiva, el que garantiza la continuidad en el desarrollo cognitivo. Así pues, el proceso de equilibración implica autorregulación frente a las perturbaciones externas mediante la reestructuración de los esquemas del sujeto.
A continuación describiré dichos periodos de manera más detallada:
Etapa Sensoriomotora:
La conducta del niño es esencialmente motora, no hay representación interna de los acontecimientos externos, ni piensa mediante conceptos. (Desde el nacimiento a los 18-24 meses).
Etapa Preoperacional:
-    Es la etapa del pensamiento y la del lenguaje que gradúa su capacidad de pensar simbólicamente, imita objetos de conductajuegos simbólicosdibujos, imágenes mentales y el desarrollo del lenguaje hablado.  (De 2 a 6-7 años).
Etapa de las Operaciones Concretas:
Los procesos de razonamiento se vuelen lógicos y pueden aplicarse a problemas concretos o reales. En el aspecto social, el niño ahora se convierte en un ser verdaderamente social y en esta etapa aparecen los esquemas lógicos de seriación, ordenamiento mental de conjuntos y clasificación de los conceptos de casualidad, espacio, tiempo y velocidad. (De 6-7 a 11 años).
Etapa de las Operaciones Formales:
En esta etapa el adolescente logra la abstracción sobre conocimientos concretos observados que le permiten emplear el razonamiento lógico inductivo y deductivo. Desarrolla sentimientos idealistas y se logra formación continua de la personalidad, hay un mayor desarrollo de los conceptos morales. (A partir de 11-12 años).
De manera general se puede decir que el desarrollo cognitivo ocurre con la reorganización de las estructuras cognitivas como consecuencia de procesos adaptativos al medio, a partir de la asimilación de experiencias y acomodación de las mismas de acuerdo con el equipaje previo de las estructuras cognitivas de los aprendices. Si la experiencia física o social entra en conflicto con los conocimientos previos, las estructuras cognitivas se reacomodan para incorporar la nueva experiencia y es lo que se considera como aprendizaje. El contenido del aprendizaje se organiza en esquemas de conocimiento que presentan diferentes niveles de complejidad. La experiencia escolar, por tanto, debe promover el conflicto cognitivo en el aprendiz mediante diferentes actividades, tales como las preguntas desafiantes de su saber previo, las situaciones desestabilizadoras, las propuestas o proyectos retadores, etc.
La enseñanza debe ser planeada para permitir que el estudiante manipule los objetos de su ambiente, transformándolos, encontrándoles sentido, disociándolos, introduciéndoles variaciones en sus diversos aspectos, hasta estar en condiciones de hacer inferencias lógicas y desarrollar nuevos esquemas y nuevas estructuras mentales.


PROFUNDIZANDO MÁS:
I. EL  PRIMER PERÍODO (sensoriomotriz)
Se subdivide en seis subestadios:
Uso de reflejos (0 – 1 mes). Total egocentrismo, los reflejos neonatales se fijan y perfeccionan.

Reacciones circulares primarias (1 – 4 meses). Primeros hábitos. Se producen nuevas respuestas mediante la coordinación de los reflejos primitivos aplicados al cuerpo del niño.
Todos estos seis subestadios están muy resumidos. Si alguien tiene interés puede ampliar más mediante la bibliografía adjuntada al final.

Reacciones circulares secundarias (4 – 8 meses). Respuestas nuevas aplicadas a objetos externos a él, que se repiten intencionalmente con el propósito de mantener efectos interesantes.

Coordinación de esquemas secundarios (8 – 12 meses). Coordinación de esquemas secundarios, intencionalidad para conseguir una meta subordinando los medios a los fines, conductas anticipatorias.

Reacciones circulares terciarias (12 – 18 meses). Una acción se repite pero para conseguir efectos nuevos: “experimentación” que lleva al descubrimiento de nuevos medios, por su propia acción.

Combinaciones mentales (18 – 24 meses). Inicio de la interiorización de la acción, de la representación simbólica, que le permite encontrar solución a un problema mentalmente.
Al coordinarse los movimientos y percepciones se forman nuevos esquemas de mayor amplitud. El niño incorpora cosas procedentes del mundo exterior a sus esquemas de asimilación donde el niño como que comprende si el objeto que tiene a la mano es, por ejemplo, "para chupar", "para palpar", "para golpear", etc.

Durante el período sensorio-motriz todo lo sentido y percibido se asimilará a la actividad infantil. El mismo cuerpo infantil no está disociado del mundo exterior, razón por la cual Piaget habla de un egocentrismo integral, es decir de ser el centro de atención de todos.
II. PERÍODO PREOPERATORIO:
El período preoperatorio del pensamiento llega aproximadamente hasta los seis años. Junto a la posibilidad de representaciones elementales (acciones y percepciones coordinadas interiormente) y gracias al lenguaje, asistimos a un gran progreso tanto en el pensamiento del niño como en su comportamiento.
Al cumplir los 18 meses el niño empieza a imitar las cosas con algunas partes del cuerpo que no percibe directamente (p. ej., fruncir la frente o mover la boca), incluso sin tener delante el modelo y entonces hace una imitación diferida. Pero a medida que se desarrollan la imitación y representación, el niño puede realizar los llamados actos "simbólicos", actos de signos o imágenes. Piaget habla entonces del inicio del simbolismo (una piedra, por ejemplo, se convierte en una almohada y el niño imita la acción de dormir apoyando en ella su cabeza).

El niño todavía no puede despegarse de su acción para pasar a representársela; con los gestos y ademanes o representación, simbólicamente, ejecuta la acción que anticipa.

La función simbólica tiene un gran desarrollo entre los 3 y los 7 años.
Por una parte, se realiza en forma de actividades lúdicas o juegos simbólicos en las que el niño toma conciencia del mundo, aunque deformada, es decir todavía no es completa. Por lo demás, al reproducir situaciones vividas las asimila a sus esquemas de acción y deseos de cariño, transformando todo lo que en la realidad pudo ser penoso y haciéndolo soportable e incluso agradable. Para el niño el juego simbólico es un medio de adaptación tanto intelectual como de cariño.

El  lenguaje es lo que en gran parte permitirá al niño adquirir una progresiva interiorización mediante el empleo de signos verbales, sociales y transmisibles oralmente.

Inicialmente, el pensamiento del niño es plenamente subjetivo, es decir que tiene relación con la manera de pensar o sentir y no con el objeto en sí mismo.
El niño entonces presta atención a lo que ve y oye a medida que se efectúa la acción, es decir, solo presta atención cuando pasa algo sino no.
III. PERÍODO DE LAS OPERACIONES CONCRETAS:
El período de operaciones concretas se sitúa entre los siete y los once o doce años. Este período señala un gran avance en cuanto a socialización y objetivación del pensamiento.

El niño concibe los sucesivos estados de un fenómeno, de una transformación, como "modificaciones", que pueden compensarse entre sí, o bajo el aspecto de "invariante", que implica volver a un estado anterior.

El niño no es capaz de distinguir aún de forma satisfactoria lo probable de lo indispensable. Solo razona sobre lo realmente dado, no sobre lo virtual. Así que, en sus anticipaciones de cosas que van a ocurrir es limitado.
En esta edad, el niño no sólo es objeto receptivo de transmisión de la información del lenguaje y la cultura en sentido único. Surgen nuevas relaciones entre niños y adultos, y especialmente entre los mismos niños.

Los niños son capaces de una auténtica colaboración en grupo, pasando la actividad individual aislada a ser una conducta de cooperación (en edades anteriores aún es difícil el trabajo en grupo). También los intercambios de palabras señalan la capacidad de descentralización. El niño tiene en cuenta las reacciones de quienes le rodean, el tipo de conservación "consigo mismo", que al estar en grupo (monólogo colectivo) se transforma en diálogo o en una auténtica discusión.

La moral que está sometida a un poder externo infantil, unilateralmente adoptada, da paso a la independencia del medio que lo rodea del final de este período.
IV. PERÍODO DE LAS OPERACIONES FORMALES: LA ADOLESCENCIA
En oposición a la mayor parte de los psicólogos que han estudiado la psicología de la adolescencia, Piaget atribuye la máxima importancia, en este periodo, al desarrollo de los procesos cognitivos y a las nuevas relaciones sociales que éstos hacen posibles.

Aquí se da la aparición del pensamiento formal por el que se hace posible una coordinación de operaciones que anteriormente no existía. Esto hace posible su integración en un sistema de grupo y red. La principal característica del pensamiento a este nivel es la capacidad de prescindir del contenido concreto para situar lo actual en un más amplio esquema de posibilidades.
La forma de insertarse en la sociedad adulta es un proceso lento que se realiza en diversos momentos según el tipo de sociedad o según como es la gente que rodea al individuo, su entorno. Aquí ya se siente al nivel de un adulto en la preadolescencia, comenzado a considerarse como un igual (independientemente del sistema educativo). De la moral de la dependencia y heretoromía, el adolescente pasa a la moral de unos con los otros, a la auténtica cooperación y a la independencia.
La adolescencia es una etapa difícil debido a que el muchacho todavía es incapaz de tener en cuenta las contradicciones de la vida humana, personal y social, donde hay muchos cambios tanto físicos como emocionales, razón por la que su plan de vida personal, su programa de vida y de reforma, suele ser utópico e ingenuo o que actúa sin malicia o no tiene picardía. La confrontación de sus ideas con la realidad suele ser una causa de grandes conflictos y pasajeras perturbaciones afectivas, (crisis religiosa, ruptura brusca de sus relaciones afectivas con los padres, desilusiones, etc.).

Quién desee profundizar más acerca de este tema puede encontrar más información en el siguiente libro que es mediante el cual he elaborado dicho artículo: Psicología del Desarrollo. Purificación Sierra García y Ángeles Brioso Díez. Editorial Sanz y Torres.

Cristina Manzanares Lafuente. 

sábado, 3 de mayo de 2014

PAUTAS /PADRES DIVORCIADOS

PAUTAS DE ORIENTACION PARA PADRES DIVORCIADOS: ¿Cómo AYUDAMOS A NUESTRO HIJO?
Mitos sobre el divorcio y los hijos:
1. Los padres siempre deben permanecer juntos por el bienestar de sus hijos.
2. El divorcio de los padres siempre tiene efectos negativos e irreversibles sobre los hijos.
3. Los hijos se adaptan mejor al divorcio en determinadas edades.
4. Mi divorcio puede ser sencillo.
5. No hay nada que los padres puedan hacer para mejorar el proceso de adaptación de sus hijos durante y después del divorcio.
Todas las anteriores informaciones son mitos. El propósito de estas pautas es mostrarte por qué y ofrecerte formas de ayudar a tu hijo durante y después del divorcio.
¿Debéis permanecer juntos por el bienestar de vuestros hijos?:
Esta es probablemente una de las preguntas más frecuentes que se hacen los padres que están pensando en divorciarse. ¿Estará nuestro hijo mejor si permanecemos casados? No hay una respuesta sencilla a esta
pregunta. Un hijo estará mucho mejor en una familia con unos padres felizmente casados, que se quieran y amen a sus hijos. Desgraciadamente, también reconocemos que los padres que discuten y se insultan,
especialmente delante de sus hijos, ponen en peligro la evolución de los mismos. Si el divorcio conlleva una disminución de las discusiones entre los padres, y en concreto si las discusiones se producen delante de los hijos, entonces puede ser muy beneficioso para ellos. Sin embargo, si los padres se divorcian y continúan discutiendo e involucran a sus hijos en esas discusiones, entonces el niño tiene que hacer frente al divorcio y a las continuas discusiones. Esta es la peor situación en la que puedes poner a tu hijo. Echemos un vistazo un momento a las relaciones que se pueden dar entre tu cónyuge y tú una vez divorciados. Constance Ahrons de la Universidad del Southern California y Roy H. Rodgers de la Universidad de British Columbia han establecido cinco categorías.
o Compañeros perfectos: Siguen siendo amigos y comparten las decisiones sobre los hijos.
o Colegas cooperativos: No siguen siendo amigos pero cooperan por el bien de sus hijos.
o Socios furiosos: Han creado un muro de ira que afecta a la relación actual y disminuye la capacidad de colaboración.
o Enemigos feroces: Están tan encolerizados que no se produce ninguna colaboración.
o Dúos disueltos: Dejan de tener contacto tras el divorcio.
El bienestar de tus hijos depende de lo que suceda tras el divorcio. Y, como acabo de mencionar, hay al menos cinco categorías que se pueden dar entre tu cónyuge y tú. Obviamente, no puedes prever completamente qué va a pasar entre vosotros después del divorcio. Sin embargo, está claro que la adaptación de tu hijo al divorcio será mejor, menos traumática, más fácil si los padres llegáis a ser «Compañeros perfectos» o «Colegas cooperativos» en lugar de las otras posibilidades.
Si me divorcio, ¿Cómo afectará a mi hijo?
Antes de contestar a esta pregunta, hay que indicar que el divorcio produce una gran presión sobre los hijos. Interrumpe sus vidas de muchas formas al igual que interrumpe la tuya. ¿Cuáles son algunos de los aspectos
más difíciles para un niño con respecto al divorcio de sus padres? El siguiente recuadro muestra un resumen. Volveremos a este tema más adelante, puesto que hay muchas cosas que puedes hacer para evitar
que se produzcan y, por lo tanto, para reducir la tensión en tu hijo.
Hechos que producen más tensión asociados al divorcio de los padres:
1. Mi padre o mi madre me decían que el divorcio era por mi culpa.
2. Mis padres se pegaban o se maltrataban psicológicamente.
3. Mis familiares decían cosas malas sobre mis padres.
4. Mi padre me decía que no le gustaba que pasara tiempo con mi madre.
5. Mis padres discutían delante de mí.
6. Mi padre decía cosas malas sobre mi madre.
7. Tuve que dar a mi mascota o cosas que me gustaban.
8. Mi madre se mostraba infeliz.
9. Mi padre me pregunta cosas sobre la vida privada de mi madre.
10. La gente del vecindario me decía cosas malas sobre mis padres.
En cuanto a los efectos a corto plazo, existen evidencias basadas en muchos estudios realizados en todo el país de que el divorcio de los padres está asociado a las dificultades de adaptación de sus hijos. Estos efectos
pueden incluir síntomas depresivos, ansiedad, furia, dificultades para expresarse (agresividad, desobediencia e incluso actos delictivos) y una bajada de las notas en el colegio. También algunos niños pueden perder estima y confianza. Sin embargo, no todos los niños sufren tales efectos y, de hecho, algunos apenas muestran problemas después del divorcio de los padres, especialmente, como Alan Boothy Paul Amato de la Universidad del Estado de Pennsylvania han señalado, cuando los niños pasan de vivir en
una casa con muchos conflictos a una en la que reina la armonía.
La reacción que tienen los niños en relación al divorcio de sus padres es muy diversa. Esto indica que la forma en que tú y tu cónyuge llevéis el proceso de divorcio, y la relación de después del mismo, es
lo que más va a afectar a la adaptación de tu hijo.
¿Hay algo que podamos hacer para ayudar a nuestro hijo durante y después del divorcio?
La respuesta a esta pregunta es un rotundo «Sí». Hay multitud de cosas que puedes hacer para ayudar a que tu hijo se adapte a la nueva situación tanto en el proceso de divorcio como después de él. Para enfatizar
las maneras de ayudar a tu hijo durante este proceso, vuelve a mirar el primer recuadro en el que se indicaban los diez hechos relacionados con el divorcio que producen más tensión en los hijos. Te darás cuenta enseguida de que nueve de los diez casos implican directamente cosas que tú como padre puedes hacer. ¡Puedes hacer mucho por la adaptación de tu hijo tras el divorcio!
Cada niño es único y tiene diferentes necesidades. Esto probablemente no es una sorpresa para ti, en particular si eres padre de más de un hijo. Algunos niños son fácilmente adaptables, algunos son nerviosos, otros extrovertidos o introvertidos, algunos son impulsivos, etc.
Los niños vienen al mundo con su propio estilo o tendencia de comportamiento, que es lo que se conoce popularmente como el temperamento o carácter del niño.
Puesto que todos los niños son diferentes, puedes imaginarte que su reacción frente al divorcio también será distinta. Un niño con un temperamento adaptable mostrará menos reacciones negativas que uno nervioso o
inseguro. Sin embargo, la situación es aún más complicada puesto que un niño con un temperamento más difícil puede arrastrar un problema de descuido o falta de atención en su educación por parte de sus padres. Por ejemplo, si tu hijo tiene un temperamento muy fuerte, puede que esté continuamente discutiendo contigo o provocándote. No aceptará un «No» por respuesta. A menudo, como resultado de su insistencia, perderás el control y le gritarás. Un hijo con un temperamento difícil requiere un cuidado y una educación constantes, especialmente en momentos de tensión como puede ser el divorcio de sus padres. Por desgracia, como acabo de señalar, es muy duro educar correctamente a un hijo con un temperamento difícil. Lo que se pretende explicar es que si tienes un hijo con un carácter difícil, vas a tener trabajo extra durante el divorcio.
Hoy en día uno de cada dos matrimonios termina en divorcio y muchas de las parejas divorciadas tienen niños. Los padres que se están divorciando a menudo se preocupan acerca del efecto que el divorcio tendrá
en sus hijos. Durante este período difícil, los padres se preocupan principalmente por sus propios problemas, pero a la vez están conscientes de que son ellos las personas más importantes en la vida de sus hijos.
Mientras los padres bien pueden sentirse o desconsolados o contentos por su divorcio, invariablemente los niños se sienten asustados y confundidos por la amenaza a su seguridad personal. Algunos padres se
sienten tan heridos o abrumados por el divorcio que buscan la ayuda y el consuelo de sus hijos. El divorcio puede ser malinterpretado por los niños a no ser que los padres les digan lo que les está pasando, cómo les afecta a ellos y cuál será su suerte.
Los niños con frecuencia creen que son la causa del conflicto entre su padre y su madre. Muchos niños asumen la responsabilidad de reconciliar a sus padres y algunas veces se sacrifican a sí mismos en el proceso. En la pérdida traumática de uno o de ambos padres debido al divorcio, los niños pueden volverse vulnerables tanto a enfermedades físicas como mentales.
Con mucho cuidado y atención, sin embargo, una familia puede hacer uso de su fortaleza o de sus factores positivos durante el divorcio, ayudando así a los niños a tratar de manera constructiva con la solución al conflicto de sus padres.
Los padres deben percatarse de las señales de estrés persistentes en su hijo o en sus hijos. Los niños pequeños pueden reaccionar al divorcio poniéndose más agresivos, rehusándose a cooperar o retrayéndose en sí mismos. Los niños mayores pueden sentir mucha tristeza o experimentar un sentimiento de pérdida. Los problemas de comportamiento son muy comunes entre estos niños y su trabajo en la escuela puede afectarse negativamente. Ya sea como adolescentes o como adultos, los hijos de parejas divorciadas a menudo tienen problemas en sus relaciones y con su autoestima. Los niños tendrán menos problemas si saben que su mamá y su papá continuarán actuando como padres y que ellos los seguirán ayudando aún cuando el matrimonio se termine y el padre y la madre no vivan juntos. Las disputas prolongadas acerca de la custodia de los hijos o la coerción a los niños para que se pongan de parte del papá o de la mamá les pueden hacer mucho daño a los hijos y pueden acrecentar el daño que les hace el divorcio.
Las investigaciones demuestran que los niños se desarrollan mejor cuando los padres tienen la capacidad de cooperar para su bienestar. La obligación continuada de los padres por lograr el bienestar de los hijos es vital. Si el niño muestra indicios de estrés, los padres deben consultar con su médico de familia o con el pediatra para que los refiera a un psiquiatra y psicólogo infanto- juvenil para hacerle una evaluación y darle tratamiento. Además, el psicólogo infantil puede reunirse con los padres para ayudar a la familia para que aprenda a minimizar el estrés. La psicoterapia para los niños de una pareja divorciada y para los padres
divorciados puede ser de gran beneficio.
Situaciones de «alto riesgo» para los hijos:
Las autoras de El niño ante el divorcio alertan del «alto riesgo» que supone para los hijos determinados comportamientos de los padres una vez que han adoptado la decisión de separarse. Hacer como que el otro
miembro de la pareja no existe, cuestionar su forma de vida, usar al niño para espiar al otro o incluso como confidente son actitudes que pueden suponer la aparición de «alteraciones psicológicas» en la infancia y desequilibrios en el desarrollo emocional de los menores afectados.
Niño espía:
El padre o la madre lo utiliza para conocer la nueva vida del otro:
Las expertas subrayan que saber del ex cónyuge a través de los hijos «es uno de los errores que más frecuentemente» cometen las parejas ya separadas. «Esta curiosidad lleva a preguntas para conocer qué hacen y qué lugares visitan o qué personas nuevas han conocido y si papá o mamá tiene novio o novia». El niño se encuentra entonces ante «un conflicto de lealtad». «Si no contesta, desagrada a uno de sus padres y, si lo hace, sabe que sus respuestas provocarán un enfrentamiento entre ellos».
Niño dividido:
Los padres sienten la necesidad de negar la existencia del otro.
Culminada la ruptura, «son muchos» los padres que intentan borrar todo recuerdo de su anterior pareja. Para ello, no le nombran y se ignoran acontecimientos relevantes vividos por el hijo durante su estancia con él o
ella. En este caso, las preguntas no existen. Algunos niños «aprenden a llevar una doble vida; saben que cuando están con uno, no deben existir signos o muestras de la relación con el otro y esta situación les fuerza a vivir en una realidad dividida. Con frecuencia, la negación del otro progenitor se extiende a su familia.
Niño colchón:
Soporta descalificaciones de un progenitor contra el otro y calla.
Este término se utiliza para describir al menor que intenta amortiguar el conflicto entre sus padres. Según las psicólogas Encarna Fernández y Carmen Godoy, este niño soporta desvalorizaciones de un progenitor contra
el otro y «en ningún momento los delata a pesar de que es consciente de la realidad en la que vive». Al contrario, intenta amortiguar las descalificaciones y, si es necesario, «mentirá o se responsabilizará él mismo» de las actuaciones paternas o maternas.
Niño hipermaduro:
Ve sufrir a sus padres y hace como que la separación no le ha afectado.
Hay niños que cuando ven sufrir a sus padres se angustian tanto que «aparentan que la noticia de la separación no les afecta». «Creen que sus padres sufrirán más si los ven preocupados y por eso oculta lo que piensan». El problema, subrayan las expertas, es que los padres asimilen esa actitud como una demostración de la madurez de sus hijos.
Niño confidente:
Los padres le cuentan sus problemas más íntimos de pareja
«Algunos niños han sido utilizados como confidentes de pareja por uno de los padres», afirman las especialistas en el libro. En este caso, al hijo «se le hace depositario de confidencias, a veces de infidelidades, y de detalles de vivencias íntimas». Las psicólogas creen que «muchas veces» estas confidencias buscan «dañar la imagen» del otro progenitor o se utiliza al niño como una figura de apoyo emocional. «Ambas situaciones son graves».
CONDUCTAS POSITIVAS DE LOS PADRES TRAS DIVORCIO:
Mantener una relación sociable y amigable con su excónyuge. No someter a los hijos a numerosos cambios como resultado del divorcio. Los padres deben procurar mantener a sus hijos en la misma escuela y continuar viviendo en la misma casa. No discutir ni pelear con el excónyuge delante de los hijos. Es el factor más importante relacionado con la manera en que los hijos se adaptan a vivir separado de sus padres. Está directamente relacionado con el nivel de adaptación del niño a la nueva situación
familiar.
Es muy importante una disciplina consistente. Ambos padres deberían utilizar métodos para disciplinar que sean similares y apropiados para la edad del niño. Se debe tener el mismo límite en lo que es “conducta aceptable del niño” en los dos hogares en los que va a vivir.
No usar a los niños como mensajeros en la comunicación de los padres. No usar a los niños como espías para saber cosas sobre la vida de su excónyuge.
No hablar negativamente del padre o la madre delante de sus hijos. Recordar que el excónyuge ante todo es el padre o madre de su hijo. Es mejor para el hijo tener una base consistente y continua de visitas del padre que no vive con ellos.
Permitir que los abuelos se relacionen estrechamente con sus nietos, pero dejen muy claro que la máxima autoridad sois vosotros. Aseguraos de que los niños entiendan que los padres le siguen queriendo.
Hablar con los hijos sobre el abandono. Garantizarles que a pesar de ser necesarias las ausencias, el padre que se queda siempre regresará.
Desculpabilizar a los hijos de la separación o el divorcio, mostrándoles que ellos con sus conductas no son culpables, que lo que no funcionó fue la relación de los padres como pareja conyugal.
Aclarar la situación y relación que los hijos tendrán con el padre que deja el hogar; si los visita, es necesario que estas visitas sean puntuales y regulares.
Explicar a los padres que cualquier manifestación de inestabilidad del niño (mojar la cama por la noche, comportamiento agresivo o irritable, demasiadas travesuras, bajo rendimiento en la escuela, falta de apetito, cambios bruscos en sus patrones normales de conducta, enferma constantemente), es debida a que no están conformes con la situación y tratan de llamar la atención; los padres deben hablar con ellos y tranquilizarlos, ayudarles a aceptar la situación y rodearlos de una atmósfera de Cariño y Seguridad.
Comunicar a los padres que ante situaciones problemáticas que les desbordan y no controlan, deben buscar ayuda profesional en Psicólogos, Asistentes Sociales, Psiquiatras, etc.…
Las Necesidades del Niño durante el Divorcio:
Necesito querer a quien yo escoja sin culpabilidad, presión, ni rechazo.
Necesito querer a mucha gente (padrastro/madrastra, parientes, etc.) sin culpabilidad y sin que me hagan sentir desleal; entre más amor reciba, más tengo que dar y más me gustará dar y recibir.
Necesito tener una rutina normal diaria y semanal, una que no esté llena de reglas alternas y trastornos.
Necesito pasar tiempo con mis dos padres, sin importar lo que quieran y deseen los adultos en cuanto a conveniencias, dinero, o sus sentimientos. Las visitas me pertenecen a mí; son mi derecho, no el derecho de mis padres. Quizás esté enojado, triste, y temeroso y necesite expresar esos sentimientos.
Necesito que me caigan bien mis dos padres ya que los dos forman parte de mí, y necesito también que me tranquilicen asegurándome que no hay nada de malo en eso. Necesito no tener que echarle la culpa a alguien, ni ponerme de parte de uno o de otro.
Necesito no tener que tomar decisiones de adulto.
Necesito seguir siendo niño, y no ocupar el lugar de un padre y desempeñar sus deberes, ni ser amigo o compañía de un adulto, ni ser el que consuela a mis padres.
Necesito nunca tener que elegir con quién vivo. Esta decisión le corresponde a adultos sabios. El tener que tomar esa decisión siempre va a herir a alguien, y por lo tanto, a mí. Tal vez piense de esta manera aún cuando sea un adolescente y otros quisieran que yo pudiera tomar esta decisión. No puedo nunca elegir entre mis padres.
Modelos de Crianza:
La Crianza en Conjunto y la Crianza en Paralelo (De P. Leslie Herold, Ph.D. y Christina Kanaly,
B.A.)
Hora de acostarse, Nutrición, Higiene Disciplina Deportes y otras actividades extraescolares.
En Conjunto
Ambos padres tratan de alcanzar la mayor uniformidad posible en los dos hogares.
Las consecuencias del “mal comportamiento” de los niños, establecidas por los padres, son claras y específicas, razonables, lógicas y apropiadas para la conducta. Los padres platican antes de inscribir al niño en actividades extraescolares (gimnasio, baile, fútbol). Los padres llegan a un acuerdo con los entrenadores, etc., acerca de la cantidad máxima de tiempo que el niño puede faltar. Los padres logran llegar a un acuerdo por anticipado para que los niños puedan estar con ellos cuando no les toca el turno o en ocasiones familiares especiales.
En Paralelo
Los padres tienen rutinas diferentes en cada hogar; sin obligación alguna por tratar de unifcar la rutina en ambos hogares. Es posible que los padres estén de acuerdo en reglas generales (por ejemplo, no habrá palizas), fuera de eso, cada uno de los padres disciplina según cree apropiado. Es posible que uno de los padres le notifique al otro que inscribió al niño en cierta actividad, pero un padre NO tiene la obligación de llevar al niño a los juegos o prácticas ni de pagar cuotas. Los padres se turnan, años alternos (nones/pares), para escoger las vacaciones y sólo tienen la obligación de informarle al otro padre lo decidido.
Tema: Fines de semana y otras ocasiones fijadas en el horario con cada uno de los padres .El tomar decisiones y la comunicación de padre a padre .Cuestiones escolares:
En Conjunto
Si están de acuerdo ambos padres, los fines de semana se pueden intercambiar total o parcialmente. Es posible que los padres tengan “reuniones de operaciones” con regularidad. Quizás tengan una palabra clave que indique que debe acabar una reunión infructuosa. Los padres tratan de ser respetuosos, receptivos y, por medio de la flexibilidad y la adaptación, trabajan para encontrar soluciones donde ambos lados salgan ganando. Es posible que los padres concuerden en asistir a eventos escolares (conferencia, consultas con los profesores, representaciones) juntos, o bien que entre ellos decidan cuál de los dos asistirá. Ir a escuelas particulares sólo si los dos están de acuerdo.
En Paralelo
Con excepción de las vacaciones, los niños se pasan todos los fines de semana exactamente de acuerdo a lo fijado en el horario, salvo que, cortésmente, uno de los padres le pida al otro algún cambio y el otro esté de acuerdo. Los padres se comunican solamente por escrito, por fax o por correo electrónico, sobre temas extremadamente importantes. No se consultan uno al otro sobre decisiones rutinarias acerca de la crianza de los hijos. Los padres informan a la escuela que hay necesidad de tener consultas con el personal por separado. .Se sientan separados en las asambleas y no se hablan.
Necesidades de Desarrollo en los Niños
Los Bebés, Niños Pequeños y Pre Escolares
Les va mejor con períodos de tiempo más frecuentes y más cortos Tienden a tener un apego primordial, pero pueden tener apegos con varias Personas. Su sentido del tiempo es muy diferente (un período de tiempo
corto puede “durar para siempre” en la experiencia del bebé) No pueden tolerar separaciones largas de ninguno de los padres Necesitan que se responda a sus necesidades, mucho apoyo y cuidado cálido y afectivo, emocional y físico y necesitan un horario constante.
Un divorcio sin traumas infantiles
Claves que no debes olvidar para amortiguar el sufrimiento de los hijos y evitarles secuelas emocionales.
1. Lo primero: decírselo al niño.
Hay que intentar, desde el primer momento, evitar los dramas innecesarios y pensar en decírselo a los hijos de la mejor manera posible. Pero, ¿Quién debe hacerlo? Lo ideal es que sean ambos progenitores al mismo tiempo.
Con tranquilidad, sin lloriqueos ni victimismos; si los niños ven a sus padres seguros de la decisión, todo irá mejor.
2. Los niños no son negociables.
Una vez que el niño ya es partícipe de la situación, cada detalle es importante y hay que tratar de ofrecerle seguridad afectiva. Es frecuente que intenten ocupar el lugar que ha quedado vacante y que accedan a las
luchas de poder iniciadas por sus padres.
Estos problemas se producen cuando uno de los miembros de la pareja usa al niño “como pantalla o correo”. “Muchas madres utilizan a los críos para vengar la actitud del padre”. Éste es un error terrible, pero no el único. “No debe mezclarse a los niños en asuntos de la pareja; no les interesa si sus padres tenían problemas sexuales o económicos”. Tampoco deben presenciar los reproches.
3. Cuantos menos cambios, mejor.
Estas medidas facilitan al niño la situación, aunque ésta no deja de ser dolorosa, “no existen remedios mágicos para que tu hijo no se encuentre mal ante esta noticia. Hay que hacerle ver que entiendes su dolor, pero que es un sentimiento pasajero”.
Puede darse el caso de que el niño no manifieste sentimiento al principio, pero al cabo del tiempo –uno o incluso dos años- aparezcan los denominados “efectos dormidos”. Los más habituales son depresión, ansiedad, regresión, miedos... Algunos expertos señalan diferentes reacciones de los niños y las niñas, que suelen ser menos agresivas, más retraídas y pasivas. Ellos muestran más cólera y rabia. Estos efectos se pueden controlar minimizando los cambios familiares. Cuanto más se respete la continuidad en la vida del niño, más fácil será su adaptación. Esa continuidad debería incluir el trato con el progenitor que no tiene la custodia.
4. Un progenitor y no una visita.
A este tipo de acuerdos no siempre es fácil llegar, pero hay que tender a conseguirlos. Quien se quede con la custodia, generalmente la madre, debe repetirse esta frase, apuntada por Marisa Sacristán, presidenta de la Asociación para la Protección del Menor en los Procesos de Separación de sus Progenitores: “Necesito al otro porque mis hijos lo necesitan y porque yo lo necesito para compartir la responsabilidad de su educación. En los juicios de separación se oye mucho eso de “He ganado, me quedo con los hijos”, como si fueran una propiedad”.
TRAS LAS VISITAS DE SU PADRE ¿QUÉ LE PASA?, ESTÁ DIFERENTE!
Tras estar con su padre se da una separación, el niño vuelve a casa y puede sentirse triste por separarse, enfadado por la situación, nervioso por la tensión vivida en ese momento por sus padres. ES UN
MOMENTO DURO PARA EL NIÑO.
SIEMPRE HAY UN PERIODO DE ADAPTACION CUANDO EL NIÑO VUELVE A CASA.
En este periodo, el niño se puede manifestar con silencio, enfado, insultando a su madre, mostrándose más desafiante, aislándose, llorando, verbalizando su malestar, teniendo una peor conducta e ignorando a su madre. Son reacciones que debemos de entender. No significa que ya no nos quiere, o que quiere más a su padre o que algo horrible ha pasado… Cada vez que un niño pequeño se separa de una figura afectiva importante puede mostrar estos síntomas. Dicha reacción puede durar días
ES NORMAL, PERO PODEMOS AYUDARLE:
1. Decirle si quiere hablar de cómo lo ha pasado
2. Interesarnos de cómo ha estado, que ha hecho. NO JUZGAR NI CRITICAR EN ESTE MOMENTO A SU PADRE.
3. Si no quiere hablar no forzarle…necesita un poco de calma y estar solo.
4. Si se siente triste porque su padre se ha ido decirle que pronto estará con el de nuevo, que piense en lo bien que lo ha pasado, en lo mucho que le quiere su padre y que le podrá llamar mas tarde.
5. Podemos proponerle un plan para distraerle y hacerle más fácil este momento: jugar, ver un DVD, dar un paseo, algo que le guste.
PAUTAS ORIENTATIVAS GENERALES SOBRE PROCESOS SEPARACION:
A continuación se establecen unas pautas orientativas sobre cómo tratar con los niños el proceso de separación-divorcio.  Se trata de indicaciones generales que en cada caso varían y deberían de ajustarse en base a edad del niño y situación conyugal. Así mismo estas pautas serian las IDEALES de CARA A LOS NIÑOS, NO LOS PADRES y es conveniente esforzarse en llevarlas a cabo. Dedicar tiempo y esfuerzo a esta fase de comunicación ya que es muy importante de cara a los niños.
Evitar la tentación de no decir nada, salir de casa un día con las maletas, decir que papa se “ha ido de viaje”, “está trabajando” u otros datos que confundan al niño.
Intentar por el bien de los niños actuar como dos personas que se quieren y van hacer todo los posible para que la separación no interfiera en vuestro papel de padres. El niño tiene una familia que sois vosotros y el no tiene la culpa de vuestros conflictos de pareja. A pesar del divorcio sois padres y por tanto actual como tales. No descargar con los niños nuestro enfado y evitar comentarios negativos y culpabilizadores sobre el otro cónyuge. Esta actitud perjudica y confunde a los niños. Los niños deben de tener acceso a los dos progenitores con libertad y es positivo que ambos compartan la vida de los niños lo máximo posible.
FASE I-COMUNICACIÓN DE DECISION:
PAUTAS CONCRETAS EN ESTA FASE- (Adaptarlas en base a la edad del niño) COMUNICAR a los niños la decisión adoptada. Tener una reunión con ellos (TODOS A PODER SER, NO CADA PADRE
POR SEPARADO) y explicar la situación. Explicarles que cada padre va a vivir en casa diferentes a partir de ahora. Dejar claro que su vida no va a cambiar, va ir al mismo cole, casa y parque. Decirle que no es por su culpa, que los mayores a veces se enfadan y es mejor que vivan en casas diferentes. Asegurarle que no OS VA A PERDER, sois su padre y su madre y vais a seguir queriéndole, estando con él y cuidándole.
Dejar CLARO que es una decisión tomada por vosotros y que no tienen nada que ver ellos y NO TIENEN LA CULPA, NI SON RESPONSABLES DE NADA. (CUIDADO CON ESTE TEMA, LOS NIÑOS TIENDEN A PENSAR QUE ELLOS SON RESPONSABLES!). EVITAR MAS DISCUSIONES Y MOMENTOS DE TENSIÓN EN ESTA REUNION (NO ES EL MOMENTO). ENCARARLO DE
UN MODO TRANQUILO. Explicar que el motivo de separación es que aunque os queréis mucho, vuestras peleas hacen que estéis tristes y lo mejor es vivir en casas diferentes. HACER HINCAPIÉ EN QUE LOS CAMBIOS COMO PADRES VAN A SER POCOS Y OS VAIS A ESFORZAR EN ELLO.(ver a los niños, participar en sus vidas, adaptaros a sus horarios, necesidades, etc) Mantener que seguís siendo una familia, vais a seguir siendo papa y mama, que os queréis mucho pero que es mejor que papa y mama no vivan en la misma casa para no pelearse. Así vais a ser todos más felices. Intentar expresar que el cambio en sus vidas va a ser positivo porque os vais a pelear menos, estar menos tristes y os vais a esforzar en que sus vidas se vean lo menos alteradas posibles. Sois una familia más feliz así y el tan bien lo va a ser. MOSTRAR UN TALANTE POSITIVO ENTRE LA PAREJA Si ya está establecido el lugar de residencia del padre,  casa, QUE ES SU CASA TAMBIEN, que van a tener sus juguetes, y poder ir cuando quieran. Acordar actividades con ellos qué vais a seguir haciendo, decirles que ahora van a tener dos casas, e intentar transmitir qué vais a estar igual de ACCESIBLES para ellos. Decirles muy claro que días vais a estar con ellos, que les vais a llamar todas las noches y que siempre que quiera y se pueda estaréis ahí con él.
REGUNTARLES QUE PIENSAN, SI OS QUIEREN PREGUNTAR ALGO, ACLARAR SUS MIEDOS, DUDAS. OJO! ESTAS PAUTAS SON IMPORTANTES CON TODOS LOS NIÑOS, INCLUSO PEQUEÑOS.
Emplear una lectura de un cuento especial para este tema, para iniciar la conversación.
FASE II-ACUERDOS DE VISITAS:
Este apartado es clave también y hay que darle MUCHA IMPORTANCIA en cada caso.
Evitar que el acuerdo de dichas visitas se traduzca en una pelea, lucha entre vosotros. Cada edad del niño requiere unas necesidades de visita y una programación determinada de estas de cara a su duración y espacio en el tiempo. No es lo mismo un niño de un año y medio que de diez. Los bebes necesitan visitas frecuentes a casa, los niños de 1 año visitas de una tarde a la semana, los de 3 años dos tardes y una noche y los de Primaria
fines de semana cada 15 días y un día a la semana. Tal y como podemos observar a medida que avanza la edad del niño se recomienda salidas de casa más duraderas. Los niños de 0-3 años necesitan
estabilidad y control del entorno y por eso se restringen las salidas de su casa y se recomiendan
que sean paulatinas.
Los niños pequeños requieren además del fin de semana visitas cortas entre semana, en las cuales el
padre se acerque a su entorno y comparta sus rutinas: parques, merienda, llevarle a una actividad extraescolar. Es necesario que el padre e hijo desarrollen un vínculo afectivo. Además es importante que el padre se acerque a la rutina del niño, se responsabilice de aspectos del día a día y evite que sus visitas sean exclusivas de planes de diversión potenciando ser un “padre Disney”.
Lo que debe guiar dicho acuerdo sería: SER ACCESIBLES PARA LOS NIÑOS, MINIMIZAR LOS CAMBIOS EN SUS VIDAS, ADAPTARNOS A SU ENTORNO Y VIDA COTIDIANA.
LA COMUNICACIÓN (adecuada) ENTRE LOS PADRES ES MUY IMPORTANTE. YA NO SOIS PAREJA PERO SI PADRES DE LOS NIÑOS Y DEBEIS CENTRAR VUESTRA RELACION EN ESE ROL.
ASPECTOS A TENER EN CUENTA…
1. Los niños van a sentir el divorcio, pero podemos ayudarles minimizando los efectos. Facilitar la relación con su padre y madre, no pongáis obstáculos para relacionaros con el niño ni que la otra parte lo haga.
Ser accesibles, hacerle visitas programadas y rutinarias donde disfrutemos y le eduquemos.
Llamarle a las noches Ser muy afectuosos con el Decirle que es lo más importante de nuestra vida Decirle que tiene una familia: un padre y una madre
NO DISCUTIR ni crear ambientes de tensión entre vosotros delante del niño.
No juzgar, culpabilizar, criticar y hablar mal del otro progenitor. Ser padres: responsabilizarnos de la salud física, psicológica, aprendizaje, educación de normas, hábitos, fomentar las relaciones sociales….
SER PADRES en conjunto y no PARALELO El niño tiene derecho a ver a sus padres, no lo evitéis y no se lo neguéis. Cumplir los días de visita. Dejar que el niño hable de su padre y madre, que os haga preguntas y animarle a que exprese su pena, enfado y dudas de forma abierta. Evitar la introducción brusca de terceras personas, seguramente el niño no lo entenderá.
Facilitar el contacto con la familia extensa.
SI SEGUIS LAS PAUTAS DE TODO EL DOCUMENTO, VUESTRO HIJO O HIJA SERÁ FELIZ!